Durante el primer año de vida del pequeño desarrolla las bases necesarias para adquirir un buen lenguaje oral, poco a poco, va aprendiendo a comunicarse con las personas de su entrono aunque no sepa hablar. Pero, ¿qué podemos hacer para fomentar el desarrollo del lenguaje del niño?
En primer lugar, hay que hablar al niño siempre con palabras correctas. Aunque ellos pueden hablar o balbucear de maneras que nos resulten graciosas, el adulto no tiene que hablar como el pequeño. Es muy importante, también, dejarle tiempo para piense por él mismo las respuestas sobre las preguntas que le podamos hacer. Una pregunta tan sencilla como: ¿Dónde está mamá? Tenemos que dejarle pensar dónde está realmente – aunque sea la propia mamá la que le esté haciendo la pregunta y la tenga delante-. Aunque no lo parezca, este ejercicio puede ser muy importante para el correcto desarrollo de su lenguaje. Un pieza clave para que el lenguaje sea fluido es estimular al niño continuamente, hablarle aunque no nos entienda. Explicarle las cosas, llamar su atención con las palabras o con los sonidos, un buen modo de hacerlo puede ser a través de cuentos o canciones.
En las diferentes etapas, la comunicación de los pequeños va cambiando. En los recién nacidos su única forma de comunicarse es el llanto. A partir de los tres meses es cuando ya aparecen los balbuceos. A los seis meses, el niño siente una gran fascinación por los sonidos y ya puede empezar a articular alguna sílaba. A partir del año y medio, en su vocabulario tiene que haber, más o menos, unas diez u doce palabras. El número de palabras irá aumentado hasta que a los tres o cuatro años en su vocabulario tendría que haber más o menos unas mil palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario