La lectura de libros para niños constituye una de las primeras experiencias culturales de los individuos más jóvenes. Según los expertos, los libros infantiles son la base de la educación y de la socialización. Por esa razón es que las leyendas primigenias de los pueblos, las fábulas y los relatos que una vez fueron orales y se transmitieron de generación en generación, han sido llevadas al formato de libros para niños.
El objetivo de los programas de lectura de literatura infantil es crear lectores críticos. María Beatriz Medina, directora del Banco del Libro en Venezuela, dice que los lectores se hacen en la infancia, y por eso los promotores de la lectura deben aprender a encantar a los pequeños: "Para lo que no hay nada mejor que las historias".
Fantasía fundamental. Además de contribuir a largo plazo con la creación de personas racionales y capaces de sentir empatía por el otro, la literatura infantil cumple una función a corto y mediano plazo que es tan importante como la formación de pensamiento crítico: como los juegos, los libros diseñados para los más pequeños les permiten el desarrollo de fantasías, con lo que configuran su personalidad y asimilan conceptos de ética y estética. Según informes del Centro Regional para el Fomento de la Lectura y el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, como la imaginación está vinculada con la formación de pensamiento, la literatura infantil ayuda a los niños a comprender el mundo, a hacer abstracciones y a aprender a resolver problemas.
Justamente por su relación con las fantasías, el escritor Víctor Montoya, educador y pedagogo nacido en 1958 en La Paz, señala que la lectura de literatura infantil es crucial en el desarrollo del niño. "La fantasía cumple una función imprescindible en nuestras vidas, no sólo porque sirve como válvula de escape a la realidad existencial, sino también porque es la fuerza impulsora que permite rectificar la realidad insatisfactoria y realizar los deseos inconclusos por medio de los sueños", indica en "El poder de la fantasía y la literatura infantil", documento que se cita frecuentemente en los encuentros sobre literatura infantil y juvenil.
Ana María Machado es una periodista brasileña escritora de libros para niños y miembro de la Academia Brasileña de las Letras con lo que se demuestra que los autores de libros infantiles son tan importantes como lo son quienes escriben libros para adultos.
Para Machado, la discusión de esos temas no debe articularse sobre si el niño lector será un lector adulto. Asegura que lo crucial es que es un derecho humano inalienable del infante tener acceso a la lectura: "El futuro de su lectura es consecuencia de lo que construye en el presente, y también de sus características personales.
Lo importante es que él tenga oportunidades para que ese futuro exista, si así lo desea algún día".
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